Cómo utilizar un chupete

Última actualización: 30.04.24

 

Un chupete es una herramienta muy útil para ayudar a los bebés en su primera infancia.

Con ellos, se les permite tener acceso a su principal interés: la succión.

Además, les ayuda en buena medida a tranquilizarse cuando empiezan las molestias por la salida de los dientes.

 

La revisión del chupete

Al momento de seleccionar o recibir el producto, lo primero que hará falta fijarse es en que la edad informada por el fabricante sea la que corresponda con las necesidades de nuestro bebé.

También es importante tomar en consideración todos los detalles facilitados en el empaque, como el tipo de material, la forma del cuerpo y de la tetina, etc.

Asimismo, hará falta comprobar que el chupete está en óptimas condiciones al extraerlo del empaque.

Si es de una sola pieza, hay que verificar que no haya deformidades ni elementos sueltos en la estructura.

Si es de varias piezas, será imprescindible comprobar que la sujeción sea firme, pues esto evitará que se puedan producir accidentes al momento en que el bebé lo utilice.

 

Limpieza y esterilización

Acto seguido habrá que realizar la limpieza y esterilización correspondiente antes de proceder a dárselo al bebé.

Para el primer caso, se aconseja utilizar algún producto jabonoso no abrasivo y una esponja suave, ya que de hecho no existirá mucha suciedad por eliminar.

Asimismo, será imprescindible esterilizarlos.

Esto se puede conseguir con un esterilizador de uso casero para los biberones o siguiendo un proceso tradicional en una olla con agua hirviendo.

Es importante que estos dos pasos también se cumplan después de cada uso.

 

Momento de dárselo al bebé

Tener bien definidos los momentos en los cuales el bebé hará uso del chupete es muy importante.

Muchos padres recomiendan que se haga uso de este, sobre todo, al momento de las siestas y de dormir por la noche, así se ejecutará una especie de rutina que ayudará al bebé para saber qué esperar.

Probablemente el primer contacto del bebé con el chupete no sea muy exitoso porque no está acostumbrado.

Sin embargo, no se debe perder el enfoque porque son un muy buen instrumento para darles tranquilidad en determinados momentos.

Lo más recomendable es tener siempre más de un chupete a fin de que se pueda hacer la sustitución del mismo en caso de que el que está en uso se caiga, se ensucie o se extravíe.

La forma correcta de colocarlo

En caso de que sean chupetes redondos, el asunto no es muy complicado porque su forma es idéntica desde cualquier ángulo.

Sin embargo, para los anatómicos hay que tener presente que su tetina simula el seno materno y, por ende, deben ser introducidos de forma tal que el pico que sobresale más quede en la parte superior.

Además, hay que asegurarse que el cuerpo quede bien puesto sobre la boca del bebé y que no le cause daños entre el labio superior y la nariz.

Esta es una advertencia muy útil en el caso de bebés muy pequeños que no tiene facilidad para mover ellos solos el chupete.

 

 

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