Durante el desarrollo del bebé los padres podrán observar diversos indicadores que les darán pistas sobre su correcto progreso. Ya para los nueve meses no será totalmente dependiente, por el contrario, tendrá la capacidad motriz para gatear, ser un gran explorador y llamar la atención de toda su familia.
El desarrollo de un bebé transcurre rápidamente durante sus primeros meses; tanto que prontamente desarrolla habilidades motrices para tocar, descubrir y conocer todo aquello que le rodea. Pero, al mismo tiempo estará expuesto a ciertos peligros, por lo que los padres deben estar atentos.
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Cuerpo en desarrollo
La mayoría de los pequeños en esta etapa suelen tener pliegues en sus piernas y brazos, no en vano el peso del bebé de 9 meses gira en torno a los 9 kilos y su talla es de 70 centímetros. Así pues, cuenta con un cuerpo que le permite hacer movimientos y adquirir posturas de manera equilibrada, tanto que logra arrastrarse de nalgas, gatear, e incluso colocarse de pie mientras se sostiene de los muebles.
Por otro lado, gracias a que sus brazos y manos también cuentan con fuerza, su motricidad fina alcanza un gran progreso. En este sentido, el bebé tiene la capacidad de tirar, coger y tener entre sus manos juguetes y demás objetos. De igual manera, le agrada y divierte juntarlas para hacer palmadas. Cada vez irá mejorando sus habilidades motoras y, por ende, tendrá más equilibrio al estar sentado o de pie. No obstante, algunos bebés podrían adelantarse a caminar sin gatear, transición poco usual.
En referencia a su dentición es probable que los incisivos centrales ya estén visibles y que los laterales broten durante este tiempo. Asimismo, su boca es su primer mecanismo para descubrir el mundo. Por eso, es común observar que los bebés se lleven a la boca los objetos que están a su alcance; ante este hecho radica la importancia de velar por su seguridad.
Sociabilidad y lenguaje
El bebé de nueve meses tiende a ser más sociable, pues buscará interactuar con las personas a su alrededor mientras juega, se ríe y los imita. Y, aunque no acuden a otros niños, con los adultos establecerá una buena relación, en especial con su madre. A tal punto que al separarse de ella podría experimentar angustia y buscará en sus brazos la seguridad cuando practica el gateo o se expone a desconocidos.
De igual manera, a lo largo de este mes el pequeño se divertirá con su voz al imitar sonidos, e incluso jugará a emitir especies de chillidos o de tos. Dada su capacidad para identificar los rostros familiares, es factible que al preguntar por sus padres gire la cabeza en dirección a estos y, en algunos casos, comience a decir papá y mamá.
Asimismo, para el pequeño los gestos de amor y las palabras de su madre tendrán gran significado y cada experiencia le ayudará a ir formando su personalidad y temperamento; por lo que, no es de alarmarse que demuestre habilidades sociales y de lenguaje antes o después que otro pequeño. La razón es que, aunque los hitos evolutivos están asociados a una etapa o edad específica, cada bebé crece a su propio ritmo.
Alimentación
El tiempo y la introducción de una u otra comida llega a variar. Sin embargo, lo importante es lograr que el bebé se adapte de manera gradual a las diversas texturas y sabores. Además, es fundamental que el pequeño pruebe trozos de comida para que estimule su masticación o que los deshaga mientras los chupa.
Ya para los nueve meses es posible que el pequeño haya probado en puré varias verduras, frutas e incluso pollo, ternera y pavo. Por lo que, es tiempo de comenzar a combinar los alimentos e iniciar el consumo de arroz y legumbres aderezados únicamente con aceite de oliva, pues aún no es tiempo de incluir en su dieta la sal y el azúcar.
Rutinas de sueño
Para esta época es probable que el bebé tenga un hábito de sueño consolidado. No obstante, también es normal que algunas noches se despierte. Incluso, puede que a algunos pequeños les cueste dormirse, pues su curiosidad por conocer todo aquello que le rodea es tan grande que les impide relajarse.
Ante dichos cambios de horarios es indispensable que el bebé cuente con la paciencia y el afecto de sus padres. Asimismo, es de gran ayuda el que se le establezca una rutina previa al descanso. Es decir, que lo bañen, alimenten, le den masajes y le canten una canción, pues de esa manera será más probable que el pequeño se relaje y duerma tranquilamente.
Actividades para estimular
Para el bebé de 9 meses todo a su alrededor es una oportunidad de juego, en especial si comparte con su familia. De ahí, la necesidad de aprovechar estos momentos para estimular sus habilidades que están en desarrollo.
Durante este mes es importante impulsar el gateo, ya que así el pequeño no solo podrá mejorar sus habilidades motrices sino también su visión y su sentido del tacto. Para lograrlo, los padres podrían hacerse valer del juguete favorito y colocarlo lejos del pequeño e invitarlo a gatear para buscarlo.
Los mejores juguetes para bebés de 9 meses serán aquellos que le permitan pulsar botones, mover piezas, clasificar objetos y encajar figuras, ya que a través de estas alternativas el pequeño podrá seguir aprendiendo a resolver problemas.
Por otra parte, los padres podrían realizar dinámicas con los pequeños como jugar con la pelota o al escondite, para ayudarle a superar sus miedos. Y si viajan en coche o salen a caminar con la silla de paseo durante varias horas, la familia podría jugar a imitar los sonidos de la granja, lo cual ayuda a distraerlos, tranquilizarlos y, además, a estimular su lenguaje y audición.
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