No cometas estos errores al bañar a tu bebé

Última actualización: 28.03.24

 

Bañar a un recién nacido puede llegar a ser un gran reto, sobre todo para padres primerizos. Que las inseguridades te embarguen y sientas miedo de hacer algo mal solo demuestra el enorme amor que le tienes a tu bebé.

A pesar de ello, para evitar cualquier inconveniente, lo mejor es que sigas una serie de pasos que eviten que existan traspiés en la rutina de baño de tu hijo, logrando así que no cometas errores. Piensa en la hora del baño de tu pequeño como en un tiempo de relajación y de conexión entre vosotros, donde todo debe estar medido y asegurado.

En este sentido, y para que puedas tenerlos en cuenta, te presentamos los errores que debes evitar a toda costa al momento de bañar a tu bebé mientras está recién nacido.

 

No utilizar una bañera

La bañera es un elemento principal en la vida de todo bebé. Esto se debe a que ayuda a que puedas bañarlo de forma cómoda y evita que el niño con pocos días de nacido se enfríe en el proceso. En cambio, si decides bañar a tu hijo sin una bañera puede sufrir un resfriado, debido a que el agua no lo cubre y su cuerpo se enfría con rapidez.

El tipo de bañera que utilices es de tu elección, pero lo recomendable es que utilices una particular de uso exclusivo del bebé, evitando así enfermedades innecesarias y haciendo que sea un momento mucho más feliz y relajante para ambos. Puedes encontrar una lista de bañeras aquí.

 

 

Dejar solo al bebé en la bañera

Este puede parecerte un punto trivial y de sentido común porque a nadie se le ocurriría dejar a un bebé solo en la bañera, pero la realidad es que anualmente cientos de niños mueren por ahogamiento durante el baño. Y es que los bebés, en especial, los recién nacidos, son muy sensibles, por lo que pueden ser objetos de muchos accidentes, al estar en una bañera solos pueden caerse o resbalarse y ahogarse rápidamente aunque no cuenten con gran cantidad de agua.

Es por ello, que no debes dejar a tu hijo solo en la bañera en ningún momento del baño, aún cuando uses una hamaca para tinas. Es conveniente que mantengas todos los elementos que necesitas para el proceso a tu alcance, para que no debas separarte del niño ni un momento.

 

La temperatura del agua

Este aspecto puede resultar un poco delicado para ciertos padres, ya que no quieren arriesgarse a que su hijo sienta frío. En este caso, su plan para evitarlo a toda costa es calentar demasiado el agua para el baño. Sin dudas, este es un error común y peligroso, debido a que la piel de los recién nacidos es muy sensible y suele quemarse fácilmente.

Lo aconsejable es que pruebes el agua antes de meter al bebé, para asegurarte de que no se encuentre ni demasiado fría, ni demasiado caliente. Además, si quieres estar totalmente seguro puedes utilizar un termómetro, el cual te dirá la temperatura real del agua. Recuerda, debe estar entre los 34 y los 37 ºC para que sea adecuada.

 

Distraerte al momento de secarlo

Al bañar a un niño pequeño debes estar pendiente de cada detalle, en especial de secarlo adecuadamente para que no pase frío o sufra irritaciones. Lo mejor es que te tomes tu tiempo para secar cada parte, prestando atención a los pliegues, a las axilas y al área de la ingle, tres puntos focales principales.

Para este proceso puedes utilizar una muselina, una toalla o un paño que sea suave, preferiblemente de algodón antialérgico, que se encuentre debidamente limpio. No frotes la piel del infante, solo pasa la tela con delicadeza dando pequeños toques, para que puedas retirar el agua que se encuentre retenida.

 

 

El uso de productos químicos

Los bebés recién nacidos cuentan con una piel extremadamente sensible, la cual puede ser dañada con facilidad. Por esta razón, debes restringir el uso de productos químicos sobre su delicada piel.

Este consejo se aplica principalmente a la hora del baño, donde el uso del jabón y champú suelen ser demasiados. Ten presente que aunque dichos productos no le causen alergia o irritación pueden traer como consecuencia que el niño quede con la piel reseca, haciendo esto que termine sufriendo alguna lesión cutánea.

Es indispensable que utilices productos recomendados por especialistas y que se encuentren especialmente diseñados para bañar a niños recién nacidos. Además, no abusar de ellos, puesto que tu hijo quedará aseado con muy poco esfuerzo.

 

Controla las corrientes de aire

Si te encuentras bañando a tu bebé en un sitio con ventanas, lo mejor es que las cierres antes de introducir al pequeño en el agua. Esto evita que el aire entre durante el proceso. Recuerda que estando mojado el niño es más propenso a resfriarse y el aire frío es la principal causa de que esto pase.

 

Duración del baño

El baño de un recién nacido debe ser un proceso rápido. No se recomienda que el niño se mantenga mucho tiempo dentro del agua, por lo que debes tener todo preparado para mojarlo, enjabonarlo y enjuagarlo en el menor tiempo posible.

Se estima que todo el procedimiento debe tomar máximo 5 minutos.

 

Dejar al niño mucho tiempo desnudo

Debes intentar quitarle la ropa al niño justo cuando vayas a meterlo al agua, para que evites que pueda darle frío. De igual forma, te recomendamos no comenzar con el proceso de baño sin tener la ropa lista para después de terminar. Considera que el ambiente se encontrará mucho más frío de lo normal para él al salir de la bañera con agua caliente, por lo que el proceso de secarlo y vestirlo debe ser automático y sin dilaciones.

Minimiza el tiempo que pasa tu hijo sin ropa durante esta etapa, considerando también la época del año, para que puedas estar tranquila respecto a su cuidado.

 

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