El momento del baño debe convertirse en algo relajante y divertido para el bebé, ya sea en su propia bañera o contigo. En este último punto existe una gran controversia, ya que muchas personas creen que no es bueno permanecer desnudos ante nuestros hijos. Sin embargo, debes tener presente que los bebés no son sensibles a descubrir su sexualidad, por lo menos no hasta pasados los 4 años. Además, este puede ser un buen momento para conectar con tu pequeño, así que no lo dejes pasar por lo que dice la gente.
En general, se recomienda que el primer mes de vida sea aseado en su propio lugar, puesto que es más pequeño y delicado, siendo mejor que se mantenga en su propia bañera. No obstante, una vez pasado ese primer mes podrás decidir bañarte con tu bebé cuando lo desees.
Es importante que para que este momento sea especial sigas algunos consejos destinados a mejorar la seguridad del infante y a facilitar el proceso, de manera que sea ameno para ambos.
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Un proceso gradual
Al realizar baños en la ducha con tu bebé debes tener cuidado y hacer que el contacto con el agua sea gradual, de manera que el niño no se asuste y pueda sentirse cómodo con la experiencia. Además, ten presente que el chorro de agua no debe tener una presión muy fuerte y que no tenga contacto directo con la cabeza o el rostro del pequeño.
Temperatura del agua
La piel del bebé es muy sensible y frágil, por lo que debes tener cuidado con ella. Por esta razón, se hace necesario que además de contar con los productos de baño específicos para él, también tengas presente la temperatura del agua. Este aspecto puede hacer que el niño disfrute o no de este momento tan especial para ti.
En general, se recomienda que el agua se encuentre entre los 34 a 37 ºC, pudiendo medir la temperatura de la bañera con un termómetro y la de la ducha utilizando tu brazo o codo.
Deja los baños más fríos para cuando el niño se encuentre más grande, puesto que estos ayudan a que su musculatura se endurezca y se desarrolle de mejor manera.
Sujétalo bien
No importa si os ducháis o utilizáis una bañera, lo importante es que recuerdes sujetarlo bien y en todo momento. Mantenlo pegado a tu cuerpo, abrazándolo de forma protectora para que no puede resbalarse. Asimismo, a la hora de enjabonarlo, tómalo de una axila y realiza el proceso con cuidado, después aclara el jabón siempre sujetándolo fuertemente para evitar accidentes.
Dentro de la bañera, asegúrate de mantener su cabeza elevada, donde el agua no llegue, puesto que puede metérsele por los oídos y causarle problemas o podría llegar a tragar agua.
Cuidado contra posibles resbalones
Los resbalones en la ducha pueden ser un verdadero peligro, siendo aún peor si ocurren mientras tienes a tu pequeño en brazos. Es por ello, que lo mejor es que minimices el riesgo de resbalones. Para esto puedes colocar en el suelo de la ducha o bañera una alfombra antideslizante. Estas son especialmente diseñadas para evitar accidentes en la ducha.
Además, puedes decantarte por utilizar una camisa durante el baño, de esta manera podrás estar seguro de tu agarre del bebé, dándote seguridad para, con el tiempo, realizar el proceso sin el uso de la prenda de vestir.
Ayúdate de una silla
Si estando parado no logras fiarte demasiado y tienes miedo de que algo pueda salir mal, puedes ayudarte de una silla. Coloca una silla dentro de la ducha para sentarte con tu bebé en brazos y disfrutar del contacto.
De igual modo, si tienes una bañera, el proceso se hace mucho más sencillo, puesto que puedes sentarte directamente, sosteniendo a tu bebé sobre tu pecho y dejando las rodillas cerca para protegerlo de cualquier caída.
Además, en el mercado puedes encontrar distintas ofertas de sillas especiales para este tipo de usos. Son sillas de plástico que incluyen ventosas de seguridad para que puedas estar seguro durante el baño. Puedes encontrar algunas alternativas de sillas y bañeras para bebés en esta lista.
Debes tener en cuenta que el bañarte con tu hijo debe ser una experiencia placentera y solo la decisión es totalmente tuya, si notas que el proceso te da mucha ansiedad y miedo, lo mejor es que lo dejes para cuando el niño se encuentre mucho más grande o disfrutes de sus baños desde afuera.
Baño con compañía
Puedes tomar la decisión con tu pareja de bañarse juntos con el bebé, ya que podría ser un momento familiar único. De esta manera, no solo tú tendrás la responsabilidad de cuidarlo, sino que se encontrará otra persona que bien puede asegurarse de que todo vaya bien. Además, es otro par de manos disponible en caso de que se necesiten.
Alterna entre ducha y bañera
El uso de la ducha puede fomentar que el niño se sienta cómodo con el proceso del agua cayendo desde arriba desde muy pequeño, haciendo que al crecer este sea algo conocido. Sin embargo, a medida que los bebés crecen comienzan a querer jugar con el agua durante el baño, por lo que también es bueno un baño de tina de vez en cuando.
Asimismo, intenta bañarlo en su propia bañera algunas veces, para que pueda jugar libremente, esto lo hará ser un bebé feliz.
Mantén una toalla a la mano
Los baños contigo pueden ser un poco más largos y divertidos, lo que supone que el niño saldrá empapado del lugar. Lo mejor es que cuentes con una toalla a mano para cubrirlo en el momento que salgan del agua, de esta manera evitas que pueda pasar frío o que el agua gotee por todas partes.
Por otra parte, tener una toalla cerca es importante en caso de que pueda entrarle jabón en los ojos al infante. Esto puede pasar en algunas ocasiones y no debes perder la calma, tan solo debes enjuagarlo bien y secarlo suavemente con la toalla.
Disfruta de tu hijo
La paternidad debe ser un proceso bonito y lleno de alegría, por lo que no debes dudar al momento de disfrutar de cada parte de la infancia de tu hijo y el baño juntos puede ser un buen recuerdo que atesorar.
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