¿Qué son los pródromos del parto?

Última actualización: 26.04.24

 

Muchas veces las mujeres en estado de gestación, en especial las primerizas, no reconocen la diferencia entre las contracciones prodrómicas y las contracciones de parto; por ende, la madre se alerta y acude al hospital. Médicamente un pródromo hace referencia a aquellos signos y síntomas que anuncian la aproximación del parto.

 

Cuando la mamá se encuentra cerca de la fecha de parto, su cuerpo paulatinamente se prepara para dar a luz al bebé. Algunas mujeres identifican esta fase del embarazo que genera las primeras contracciones, las cuales se conocen como pródromos de parto.

La causa de estas molestias se debe a que el cuello uterino se madura para estar preparado ante el alumbramiento y dado que es una etapa donde la cabeza del bebé se encaja y hace presión, es probable que la madre perciba pinchazos en el cuello del útero en el embarazo.

Sin embargo, los signos suelen ser variables en cada mujer. Algunas llegan a presentarlos un par de semanas antes del parto, otras unos días o en unas horas previas al nacimiento del bebé, todo dependerá del organismo de la madre.

 

¿Cómo identificar las contracciones prodrómicas?

Posiblemente la madre al experimentar este tipo de contracciones, le harán dudar si debe salir corriendo al hospital o no. Los síntomas prodrómicos se destacan principalmente por ser contracciones molestas, para algunas mujeres son dolorosas y para otras no. Pero no se deben confundir con las falsas contracciones aisladas de Braxton Hicks.

Por el contrario, el término prodrómico se hace presente cuando los espasmos se sienten en la zona inferior del abdomen o en las ingles y duran entre 15 y 20 segundos, menor a las verdaderas contracciones. Cuando se está en labor de parto se dan 2 o 3 contracciones intensas que duran cerca de un minuto en un intervalo de 10 minutos y a diferencia de los pródromos de parto no cesan cuando la mujer descansa o cambia de posición.

Así pues, las contracciones de parto son intensas, rítmicas y progresivas, pero las contracciones preparto son molestas, sin seguir un ritmo o ser regulares. Al presentar estos espasmos la mujer seguirá manteniendo un buen apetito, pero al tener las contracciones de parto verdadero su deseo de comer desaparecerá.

Otro factor característico de los pródromos es que en la mayoría de los casos se manifiestan en la noche, pues es el momento en el que el cuerpo libera oxitocina. De igual manera, estas contracciones podrían implicar la pérdida del tapón mucoso o tapón cervical que es el encargado de proteger al bebé de infecciones.

También ocurre el ablandamiento del cuello uterino y se alivia la zona del estómago, pues ocurre el descenso del abdomen y en algunas ocasiones, la mujer podría incluso manifestar mayor sensibilidad emocional, ya que considera que el momento del nacimiento del bebé se aproxima.

Cambios del cuello del útero durante la fase de pródromos

El cuello del útero o cérvix, al comienzo de las contracciones prodrómicas, tendrá una consistencia dura como la punta de la nariz, pero una vez que se van manifestando los espasmos se torna semi-blanda y finalmente blanda.

De igual manera, el cérvix a lo largo de la fase de pródromos cambia de posición. En un inicio se encuentra escondido al final de la vagina y posteriormente se sitúa enfrente, al nivel central. Además, de todos estos cambios, el cuello uterino se va borrando, pues las contracciones tienen un carácter descendente que hace que esta zona desaparezca.

Una vez que las contracciones irregulares ayudan a transformar el cuello uterino, es decir, ablandarlo, borrarlo y posicionarlo de manera central, se comienza a dilatar generando las contracciones verdaderas de parto.

 

¿Qué hacer ante los pródromos?

A pesar de que los síntomas de los pródromos varían de un parto a otro, es importante distinguirlos para reconocer por cual fase se está pasando. Así pues, si la madre considera que está presentando los pródromos de parto y esto conlleva a la expulsión del tapón mucoso en la semana 40, debe estar atenta a las características de sus contracciones, sin angustiarse, y acudir de emergencia al hospital.

Muchos hospitales no ingresan a la madre hasta que su cuello uterino alcance una dilatación de 3 cm por lo menos. Por eso, ante la presencia de contracciones prodrómicas no hay que alarmarse, pero es recomendable mantener contacto con el médico de confianza. Este por su parte, podría realizar una ecografía a fin de reconocer la longitud del cuello del útero y si se está borrando o no. Al mismo tiempo, aprovecharía para explorar la condición del bebé. Evaluará si no es prematuro, tiene el peso adecuado y si es posible que el parto sea natural.

Algunos tips a tener en cuenta

Los pródromos de parto no te limitan hacer una vida normal, por el contrario, podrás seguir tu rutina diaria con algunas prevenciones. Con moderación, come cuando sientas hambre. Realiza tus actividades domésticas, en especial aquellas que te inviten a estar en movimiento de manera segura, pues serán tareas que te ayudarán a distraer la mente y pasarla de la mejor manera hasta el parto.

Cuando sientas estas contracciones, podría aliviarte el flexionar las caderas colocando un pie sobre una silla mientras el otro queda apoyado en el suelo. También, es importante que descanses en la cama, tomando la postura de Sims. Es decir, acostada sobre un lado de su cuerpo con la pierna de abajo recta y la opuesta flexionada sobre un cojín o almohada. Una posición saludable que permitirá sobrellevar los espasmos. Lo oportuno es alternar las posturas (decúbito lateral u horizontal) al descansar, para favorecer la descongestión de la zona pélvica y contribuir a que el trabajo del parto se desarrolle naturalmente.

También se aconseja mantener el cuerpo hidratado y sobre todo aprovechar esta fase para practicar técnicas de respiración y relajación. Las cuales, ayudarán a la madre al dar a luz.

Como futura madre siempre buscarás ofrecerle a tu pequeño desde el vientre la mayor comodidad y seguridad, ya sea al utilizar fajas de embarazo, descansar las horas necesarias, tener una buena alimentación, practicar una rutina de yoga y, sobretodo, mantenerte informada para reconocer cuando llegue el momento del nacimiento.

 

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