Dentro de las diferentes semanas que marcan el embarazo de la mujer, la 18 es una de las más deseadas por muchas futuras madres. Los cambios y síntomas que surgen en ella marcarán la diferencia para el resto de este periodo.
El embarazo es uno de los momentos vitales más especiales para las mujeres que deciden ser madres. Un proceso en el que se producen cambios de todo tipo para alojar a la nueva vida. De todo este tiempo, las 18 semanas de embarazo son uno de los momentos más esperados por las madres, por los numerosos cambios que se producen. El más importante es que el feto de 18 semanas ya empieza a moverse de una forma que puede ser percibido por la madre, lo que es una de las mayores alegrías para ella.
Sin embargo, el embarazo de 18 semanas tiene otros aspectos que conviene conocer. Para que no te falte información, te dejamos todo lo que debes saber al respecto. Por cierto, por si no sabes en la semana 18 de embarazo cuántos meses son, te diremos que son 4 meses y medio, aunque la edad fetal sería de 4 meses o 16 semanas.
Cambios en el feto
Un bebé de 18 semanas de gestación tiene un peso medio de unos 190 gramos y un tamaño estimado de 14,2 centímetros, desde la coronilla a las nalgas. Así que, aunque el tamaño del feto de 18 semanas no es considerable, sí es cierto que a partir de aquí empieza a incrementarse de forma exponencial, hasta llegar a término. Así que a partir de la ecografía de la semana 18 todo empieza a verse más claro.
Otros cambios importantes al llegar el embarazo a la semana 18 es que las piernas y los pies terminan de moldearse y el cartílago óseo se convierte ya en hueso de forma progresiva. También se desarrollan el corazón y el sistema respiratorio, dentro del proceso de maduración que se mantendrá hasta el final del embarazo.
Para completar esta sección, conviene mencionar que tu bebé ya empieza a moverse con más intensidad, así que es normal que empieces a percibir las primeras pataditas. También es capaz de empezar a percibir sonidos, dado que su oído ya está desarrollado en esta semana.
Cambios en la madre
Al igual que ocurre con el bebé, la madre también percibe cambios en su cuerpo y en su organismo en este tiempo. Conocida es la relación entre la llegada de las semana 18 de embarazo y las molestias en la parte inferior, derivadas de los movimientos del bebé que hemos mencionado. También se produce un crecimiento considerable del útero, por lo que la barriga de 18 semanas irá creciendo más y más.
Como consecuencia de lo que venimos comentando, al llegar a las 18 semanas de embarazo, el peso empieza a incrementarse con mayor intensidad, a fin de dar al feto el soporte necesario para su crecimiento. Este fenómeno va modificando el centro de gravedad del cuerpo, abriéndose también un poco las piernas. Un suceso que puede generar dolores de espalda y de tipo muscular. Estos pueden evitarse con un buen descanso o incluso con una faja maternal, aunque estas se recomiendan para épocas posteriores.
Esta necesidad de un soporte vital más intenso para el feto también implica una mayor actividad hormonal, por lo que entre los efectos de las 18 semanas de embarazo y sus síntomas destacan las náuseas, que se incrementan de forma considerable. No obstante, esto es algo a lo que tendrás que irte acostumbrando hasta el final del embarazo. Lo mismo ocurre con el calor adicional, causado por la aceleración del metabolismo, o la presencia de picor en la zona de la barriga, debido al estiramiento de la piel.
Consejos para la semana 18 de embarazo
En general, esta época no marca demasiados cambios respecto de los consejos que se dan a las madres durante el embarazo. Sí es cierto que los cambios físicos pueden dificultar un poco el día a día de la madre, especialmente por el tamaño creciente de la barriga. Si esta te molesta a la hora de dormir o descansar, puedes recurrir a un cojín de lactancia o de maternidad, para acomodarte mejor.
En cuanto al tema de las náuseas, el tratamiento a seguir es el habitual. La principal ayuda procederá de la alimentación, que debe ser sana, equilibrada y sobre todo ligera. Evitar los procesos digestivos prolongados ayuda a que las náuseas no sean tan molestas ni tan intensas durante esta semana y las que quedan.
También se recomienda masticar muy bien los alimentos, eliminar las grasas y los picantes o elevar un poco la cabecera de la cama. Todo ello sin olvidar el necesario aporte de vitaminas y ácido fólico, que no solo completa tu nutrición, sino que es adecuado para luchar contra estos síntomas. En caso extremo, puedes tomar algún medicamento contra estas náuseas, aunque siempre con recomendación médica.
Finalmente, es importante no obsesionarse en exceso con el tema de los movimientos. Como hemos mencionado, en esta semana estos ya son perceptibles, pero hay muchos factores que influyen en que los notemos, tales como la sensibilidad de la madre, su peso, la posición del bebé y de la barriga y otros muchos más.
También hay fases en las que él bebe está más relajado y otras más movido, coincidiendo estos últimos momentos con los de más náuseas en la madre, al estar ligado el movimiento con la actividad hormonal materna. En todo caso, si notas algún síntoma preocupante, no dudes en consultar a tu médico.
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