El embarazo en la semana 39

Última actualización: 28.03.24

 

Ya falta cada vez menos para que el bebé nazca y es normal que la embarazada de 39 semanas esté muy ansiosa, limpiando y ordenando la casa, preparando el nido para la pronta llegada del bebé. Pero, no debe agotar todas sus fuerzas, ya que debe guardar energías para el gran momento. 

 

Cuando el embarazo llega a la semana 39 se puede decir que el bebé está “a término”, pues desde la semana anterior sus pulmones están listos para la vida extrauterina, su organismo produce cortisona y elevados niveles de la hormona del estrés que lo preparan para la hora del nacimiento.

Estos últimos días de la gestación están cargados de muchas emociones y ansiedad por parte de la madre, el padres y los familiares. Pero, también para el bebé, pues todos los involucrados saben que en cualquier momento empezarán los tan esperados, y a la vez temidos, dolores de parto. Este aspecto es el que más preocupa a las embarazadas: saber identificar esas señales previas al parto. 

Pero, antes de saber más al respecto hablaremos de cómo está el bebé en esta semana.

 

Falta poco para el bebé

En las 39 semanas de embarazo, el peso del bebé oscila entre 3 kg y 3,250 kg. Su longitud alcanza unos 50 cm aproximadamente. En apariencia, el lanugo ha desaparecido y apenas se puede observar una ligera vellosidad que se cae después de las primeras semanas de nacido.

Asimismo, la capa de piel superior del bebé se reemplaza por una nueva en los días previos al parto, y las células muertas se acumulan en el líquido amniótico junto con el vérnix caseoso que se ha disuelto en este. 

Sin duda, el bebé sigue creciendo y acumulando grasa, aunque se note poco. Sus movimientos también disminuyen por el espacio estrecho que tiene ahora, además de que duerme la mayor parte del tiempo. 

Por otro lado, se pueden notar apenas los gérmenes de los que serán sus dientes de leche y que aparecerán, aproximadamente, en el sexto mes de vida. Para este momento, el organismo del bebé está produciendo más hormonas que le ayudarán a poner en funcionamiento sus órganos vitales cuando ya no dependa de la placenta. Por eso se puede considerar que en el embarazo la semana 39 marca la etapa final de la gestación, pero aún hay sorpresas por experimentar.

Principales cambios

Aunque podría pensarse que los cambios ya serán menos en la última etapa de gestación lo cierto es que se intensifican. En este momento, la futura madre está inundada de emociones y ansiedad por la espera. Se ha desarrollado en ella el instinto del nido, por lo que es frecuente que pase varias horas al día limpiando, ordenando y preparando todo lo necesario para la pronta llegada del bebé.

Si bien, estas actividades ayudan a distraer y canalizar las tensiones, no es prudente que la madre agote sus energías en dichos esfuerzos físicos, pues no sabemos en qué momento le harán falta todas esas fuerzas para el parto, y lo agotador que este puede ser. 

En cuanto a su organismo, el cuello uterino comienza a ablandarse en estos días y pueden sentirse algunas contracciones frecuentes, relacionadas con el movimiento del bebé hacia el canal vaginal, es decir, el descenso completo de este.

En esta etapa, la vejiga se encuentra mucho más presionada, así que las visitas al baño son más frecuentes, también los episodios de incontinencia al reír, estornudar o toser. De igual forma, en estos días se debe mantener una dieta rica en fibras para evitar el estreñimiento y las hemorroides. 

Por otro lado, no podemos obviar que en las últimas semanas del embarazo será mucho más difícil encontrar una postura agradable para descansar. En este caso, usar un cojín de lactancia o una almohada de embarazadas puede ayudarte a aliviar la presión que sientes en la parte baja o conseguir mayor comodidad al acostarte de lado. 

No cabe duda de que estas molestias se intensifican por la ansiedad que puede sentir la madre, siendo todavía más difícil conciliar el sueño. Por tanto, puedes realizar técnicas de meditación y relajación antes de dormir, así como practicar los ejercicios de preparación que te haya indicado la comadrona, doula o tu ginecólogo. 

El parto está próximo

Ahora bien, para muchas mujeres es normal llegar a la semana 39 de embarazo sin contracciones, es decir, que las contracciones de Braxton Hicks transcurrieron con poca intensidad y ellas ni las percibieron. No obstante, habrá algunas señales importantes a las que se debe estar atento. En este orden de ideas, a las 39 semanas de embarazo los síntomas de parto son la prioridad.

Por esta razón, pueden sentir miedo y nervios cuando lleguen las contracciones intensas en esta semana, siendo estas las de preparto. La característica principal de estas contracciones es que no son rítmicas, pero sí pueden ser dolorosas por tratarse del ensanchamiento final de la pelvis. La buena noticia es que pueden disminuir al cambiar de posición. 

En la semana 39 de embarazo los síntomas que nos indican la proximidad del parto son, entre otros, la rotura del saco amniótico, que ocurre de forma prematura en el 15% de las embarazadas. Si esta no está acompañada de fuertes contracciones, la mujer puede tomarse el tiempo de darse una ducha, recoger las cosas e ir a ver al doctor para una revisión, ya que pueden transcurrir varias horas desde la rotura del saco hasta que aparezcan las primeras contracciones del parto.

Con respecto a las contracciones propias del alumbramiento, podrás identificarlas claramente porque se parecen a retortijones intestinales o dolores menstruales intensos, llegando a extenderse hacia las piernas y en la parte baja de la espalda.

La intensidad de estas contracciones aumenta con el paso de las horas, se vuelven rítmicas y pueden presentarse cada hora, cada 15 minutos o 10 y, consecutivamente, reducir el tiempo entre cada contracción. Esto nos indica que ya se acerca la hora. 

A estas alturas ya deberías estar en el hospital, siendo acompañada por el médico o la comadrona, quienes estarán siguiendo la frecuencia e intensidad de las contracciones. Asimismo, con un plan de parto previo podrán tomar las medidas necesarias sobre el uso de analgésicos y medicamentos para coadyuvar el trabajo de parto. 

Sabemos que en este momento los dolores pueden ser insoportables y es difícil mantenerse relajada, nuestro consuelo es que en poco tiempo la espera y el dolor habrán terminado, todo lo que sufriste será en breve un lejano recuerdo, pues lo que ahora importa es que vas a tener a tu bebé en brazos y será el primero de muchos momento felices de tu vida al lado de esa personita.

 

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