Un signo que preocupa a muchas mujeres en su primer embarazo es el de sentir la barriga hinchada y dura en ciertas ocasiones. Este fenómeno tiene una sencilla explicación y no es motivo de alarma, a menos que esté acompañado de fuertes dolores o sangrado. En ese caso, es necesario acudir al médico.
La mayoría de las mujeres experimenta en el embarazo la barriga dura continuamente. Esto puede ser signo de preocupación, especialmente para las primerizas, ya que esta sensación se puede percibir desde el inicio del embarazo y te puede hacer pensar que algo no va bien con tu bebé.
Pero, no es necesario preocuparse de buenas a primeras, ya que en cada trimestre del embarazo la tripa puede tensionarse por varios motivos. Por esta razón, vamos a explicar el origen del endurecimiento y las señales que te pueden indicar alguna situación de riesgo para que actúes rápidamente.
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La barriga dura al principio del embarazo
Desde el primer trimestre del embarazo es completamente normal sentir una tensión en la parte baja del vientre y hasta notar un bulto endurecido a un lado del abdomen. La razón parece muy obvia, ya que en los primeros tres meses de gestación el útero, que es un músculo, comienza a crecer, preparándose para alojar al feto que semana a semana aumentará de tamaño.
En algunas mujeres puede pasar que dicho endurecimiento no se perciba, pero en las más delgadas si puede ser más notoria la tensión. En esta etapa no hay que preocuparse, a menos de que la tripa dura esté acompañada de fuertes dolores o sangrado. Si esto sucede, no dudes en acudir al médico rápidamente para saber qué está pasando con tu embarazo.
Tripa dura en el segundo trimestre de embarazo
A partir del cuarto mes de embarazo es más notorio el crecimiento del abdomen mientras que, más adelante, en la barriga de 5 meses ya el útero ha crecido hasta llegar a la mitad del ombligo.
En esta etapa, el útero comienza a realizar movimientos más frecuentes, conocidos como contracciones de Braxton Hicks en las que el músculo se ejercita para el momento de expulsión del bebé. Sentir la barriga dura en estos meses y percibir las contracciones no significa que tendrás un parto prematuro, solo es tu cuerpo preparándose para el momento del alumbramiento.
Se debe tomar en cuenta que durante este trimestre el feto crece considerablemente, por lo que sus movimientos se perciben con más frecuencia y es normal que la barriga también se endurezca mientras el feto se mueve.
La recta final
Al entrar en el último trimestre de embarazo pareciera que la barriga está dura todo el día, y en momentos puede ser así, ya que las contracciones Braxton Hicks ocurren con más frecuencia y mayor intensidad. Aún así, no son contracciones reales, porque no son dolorosas, por lo que no debes alarmarte.
De igual forma, la tensión de la barriga puede estar acompañada de un dolor en la entrepierna o la ingle, pues se involucran los ligamentos de esta zona. Por otro lado, es normal que en las noches, al acostarte de lado, sientas que la barriga se pone más dura en ese costado, lo que te puede generar una leve incomodidad. Para aminorarla puedes usar un cojín de lactancia (verifica en este enlace algunas opciones de compra) al recostarte para aligerar la presión.
También suele pasar que si tienes un cuadro viral o una infección vaginal, tu panza se sienta más dura en esos días, pero con el tratamiento oportuno, indicado por tu médico, los síntomas ceden y tu tripa volverá a estar más suave.
Consciente de las sensaciones
Desde el momento en que sabes que estás embarazada tu instinto maternal se activa para estar atenta a cualquier cambio en tu cuerpo. Es por ello que te vuelves más consciente de las sensaciones en cada parte de ti y cualquier movimiento que sientes entre el vientre y al abdomen encienden las alarmas.
Esto es normal y le sucede a la mayoría de las mujeres embarazadas, por no decir a todas. No es necesario llamar al doctor o ir al hospital porque sientes tu tripa dura en el embarazo. Ya te explicamos que esta tensión es producto de la preparación del útero para albergar a un feto que va a crecer cada semana, aumentando de tamaño y peso. Además de la preparación que necesita este músculo para fortalecerse y cumplir todas las exigencias en el momento del parto.
Todas estas sensaciones las puedes manejar con técnicas de relajación para embarazadas, un baño con agua tibia, una sesión de aromaterapia, entre otras herramientas que te ayuden a calmar la ansiedad. Asimismo, cambiar de posición al acostarte también te puede ayudar a aliviar la tensión en la barriga.
Una acción que debes evitar es la de acariciar en exceso tu panza cuando sientas que está dura, ya que esto estimula las fibras uterinas para acelerar la contracción, aun cuando no es el momento del parto y puede ser contraproducente, pese a que se trate de una sensación relajante.
Señales de alarma
Ahora bien, si las contracciones que considerabas normales y que encajaban en la categoría de Braxton Hicks se vuelven más frecuentes, llegando a sentir hasta cuatro en tan solo una hora, acompañadas de dolor, quizás es momento de ir al médico.
Asimismo, si existen otras señales de parto como la pérdida del tapón mucoso, líquido amniótico o manchas de sangre no dudes en ir al hospital para que te revisen y verificar si has entrado en labor de parto.
Si quieres tener un parto vaginal debes saber que con la intensidad de las contracciones tu barriga se pondrá más dura, así que no te desesperes, pues es momento de conservar la calma, respirar profundo y estar atenta a la frecuencia de las contracciones. Pues, en poco tiempo la espera habrá terminado y por fin tendrás a tu bebé en brazos.
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