30 semanas de embarazo

Última actualización: 21.11.24

 

Cada semana, el embarazo tiene sus hitos y aspectos relevantes, que van preparando tanto a la madre como al feto para el momento del nacimiento. En la semana 30, ya se puede decir que se tiene una gestación de 7 meses y muchas dudas pueden surgir en la mente de la futura madre.

 

No importa cuántas veces se experimente el embarazo, siempre será diferente, incluso para la misma mujer. Por eso, no te sorprendas si te encuentras preguntándote con frecuencia ¿qué sucede con mi embarazo y mi bebé día a día? Esta aparente obsesión no es más que un reflejo de lo consciente que estás del proceso por el que atraviesas y, a fin de cuentas, ese viaje en el que estáis juntos, tú y el bebé, será irrepetible, por lo que conviene vivirlo plenamente. 

En este contexto, hay algunos puntos que caracterizan al embarazo en la semana 30 y que coinciden en todas las mujeres. De ellos, hablaremos en las siguientes líneas, buscando aclarar algunas interrogantes que podrían causar inquietud.

Comenzaremos por responder a la pregunta más común: 30 semanas de embarazo ¿cuántos meses son? La respuesta es que se trata de siete meses y medio. Sin embargo, en relación al periodo de gestación, este número de semanas corresponde a 7 meses, considerando que transcurrieron aproximadamente 2 semanas desde el inicio del ciclo menstrual hasta la concepción. 

¿Qué cambios tiene el bebé?

Un bebé de 30 semanas de gestación ya tiene rasgos faciales definidos. Si se realiza una ecografía, se podrán percibir algunas características de su rostro que le acompañarán durante toda su vida. Por ejemplo, la forma de sus labios, la proporción de su nariz, etc.

Si analizamos el peso del feto por semanas, podemos encontrar que tu bebé ya ha superado el kilogramo y su longitud está acercándose a los 40 centímetros. Sigue siendo pequeño, pero recuerda que día a día crece y gana mayor peso.

En cuanto a sus cambios, hay que mencionar que el lanugo ha comenzado a desaparecer, ya no tiene esa apariencia tan aterciopelada de las semanas anteriores y, si es un varón, sus testículos comenzarán a adoptar su sitio definitivo. Además, la grasa denominada vérnix caseoso se seguirá agregando en capas para proteger al bebé y ayudar a que su paso por el canal de parto sea más fácil.

Otro aspecto importante es que algunos bebés ya pueden comenzar a girarse, para adoptar la posición fetal óptima para el nacimiento, es decir, con la cabeza mirando hacia la pelvis de la madre. Sin embargo, si tu bebé llega a la semana 31 de embarazo sin hacer ningún cambio, no te angusties. Es completamente normal y aún hay tiempo. Algunos bebés pueden experimentar otras posiciones fetales antes de adquirir la más conveniente.

En cuanto a su desarrollo sensorial, se estima que el bebé ya es capaz de diferenciar sabores dulces y salados, su capacidad para escuchar se ha acentuado y percibe bien las frecuencias bajas (como los latidos del corazón).

 

¿Qué hay de nuevo para la madre?

Las hormonas siguen siendo las que controlan el embarazo y en esta etapa pueden hacer que la madre se sienta agotada, a pesar de que no haya incrementado demasiado su peso. Además, este aumento en las hormonas también tiene efectos en la retención de líquidos, haciendo parecer que la madre ha ganado algunos kilos extras, por lo que su rostro tiene una apariencia más redondeada.

Las contracciones en la semana 30 son más probables, siendo las propias de esta etapa las de Braxton Hicks, que son suaves y pasajeras. No deben alertar a la madre, a menos que permanezcan por un largo periodo de tiempo, se intensifiquen o sean dolorosas.

Además, para prepararse para el parto (que ocurrirá en 10 semanas), la pelvis se vuelve más flexible, incrementa poco a poco su diámetro y la ingesta de alimentos debe elegirse con más cuidado, para atenuar malestares digestivos, tales como gases, irritación o dificultad para evacuar.

Algunos malestares comunes y cómo aliviarlos

Debido a que el feto de 30 semanas de embarazo ha alcanzado el tamaño suficiente para que el útero se expanda considerablemente, algunos vasos sanguíneos pueden comprimirse. Esto interfiere en la circulación normal de la sangre, por lo que es común experimentar hormigueos en ciertas zonas del cuerpo. De hecho, para algunas mujeres, la hinchazón de las manos puede acentuarse en momentos específicos del día, por lo que quizá sea mejor retirar los anillos ajustados y realizar ejercicios que ayuden a mejorar el flujo sanguíneo.

Para ello, la madre puede elevar las manos, al igual que los pies, para contrarrestar la hinchazón en los tobillos y permitir que la sangre retorne con mayor facilidad hacia el corazón.

Por otro lado, es común que los movimientos del bebé sean más lentos, pero también más intensos. Por ejemplo, una pequeña patada en el diafragma puede ser más molesta que antes y la presión en la vejiga puede intensificar los deseos de orinar en la madre. 

En esta fase, conviene evitar las infusiones con cafeína, ya que, entre otras cosas, pueden excitar demasiado al bebé y lo vuelven más activo, provocando más movimientos bruscos que la madre percibirá claramente.

 

Buscando el bienestar de la madre

Llegado este punto, el incremento de la barriga puede obligar a la madre a cambiar su posición al dormir, por lo que sería una buena idea probar algunas almohadas para embarazo, que le permitan obtener un descanso de calidad.

Por otra parte, para atenuar los malestares relacionados con la retención de líquidos en el embarazo de 30 semanas, es conveniente cuidar la ingesta de sal y mantener una buena hidratación. Cuida de tu piel aplicando bálsamos, especialmente en la zona del vientre, que será la que mayores cambios tendrá a partir de este momento. Así, podrías experimentar menos picazón ante la inminente expansión del útero. De igual manera, no olvides mantenerte en movimiento, caminar puede ser muy benéfico si no hay ninguna restricción médica.

 

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