23 semanas de embarazo

Última actualización: 26.04.24

 

A las 23 semanas de embarazo ocurren cambios importantes en el feto y en la madre, mismos que conviene conocer, ya que todo sigue su curso para llegar al gran día en el que el bebé esté listo para salir y tenga su primer contacto con el mundo exterior. Mientras tanto, los cuidados y precauciones deben ser la prioridad.

 

Hasta este momento, el bebé y la madre han logrado superar diversos puntos críticos y las posibilidades de llegar a un feliz término se incrementaron notablemente. El pequeño feto de 22 semanas ha ganado peso y longitud, hasta alcanzar casi el medio kilogramo y medir aproximadamente 21 centímetros. Por lo tanto, sus movimientos son perceptibles por la madre.

En los siguientes párrafos, hablaremos más de lo que la semana 23 puede significar para el bebé y la madre, así como algunas recomendaciones importantes a tener en cuenta. No obstante, primero daremos respuesta a la duda más frecuente en este periodo: 23 semanas de embarazo ¿cuántos meses son?

Para responder, diremos que han transcurrido alrededor de 160 días desde que inició el último ciclo menstrual, por lo que las fechas apuntan a casi 5 meses y medio de embarazo. Ha quedado lejos el primer trimestre y está casi por concluir el segundo.

 

Cambios en el bebé

Aunque ahora es pequeño y frágil, lo cierto es que a partir de este momento el bebé en el vientre va a comenzar a experimentar procesos enfocados a cambiar esta condición. Por ejemplo, los pequeños cartílagos flexibles y suaves que le dieron estructura a su cuerpo se volverán más rígidos, comenzando por las capas centrales. De hecho, la madre experimenta este cambio directamente, ya que puede sentir las patadas de su pequeño con más intensidad que antes y queda totalmente claro que un pequeño ser habita en su interior. Además, debido a sus nuevas habilidades y fuerza, el bebé puede girar libremente dentro del útero.

Si te preguntas cuándo se encaja el bebé para nacer, debes saber que aún falta mucho para que esta postura sea definitiva. Por el momento, disfrutará del espacio que tiene y las posibilidades que su entorno le ofrece. En este punto, solo podemos decir que a las 23 semanas de embarazo la posición del bebé, en muy rara ocasión, será la misma que al llegar a las 40 semanas.

En relación al desarrollo cerebral, hay un incremento considerable en el número de células, que establecerán conexiones entre las neuronas. Por eso, a diferencia del bebé de un embarazo de 22 semanas, ahora tu pequeño tendrá una mayor capacidad para percibir sensaciones. Es más, un feto de 23 semanas se considera que es capaz de escuchar algunos sonidos y, por lo tanto, puede percibir el sonido de la voz de mamá y papá. Esto le llevará, en pocos días, a responder a más estímulos del mundo exterior, como podría ser el ruido de una licuadora, el secador de pelo, etc. 

Por lo que se refiere a su apariencia exterior, en las imágenes de embarazo de la red encontrarás que su piel aún es traslúcida, pero ya ha comenzado la producción de depósitos de grasa que se asentarán debajo de ella y esta transparencia se irá perdiendo poco a poco en las siguientes semanas, hasta quedar convertido en un bello y regordete pequeño, listo para nacer.

 

¿Qué cambios hay en la futura madre?

Peso y volumen

Es normal que la madre suba de peso cuando está atravesando el proceso de gestación, pero debe ser proporcional y de forma controlada. El incremento promedio en un embarazo de 23 semanas debería ser de alrededor de cuatro kilogramos. El útero, por su parte, ha crecido a tal punto que ya ha superado ligeramente la altura del ombligo. Por eso, los órganos han comenzado a comprimirse y las incomodidades relacionadas con la digestión ya son perceptibles.

De igual forma, la figura de la madre se está modificando y adopta líneas curvas, pero no solo en el vientre. Por ejemplo, los pechos han crecido y puede que sea necesario tener más apoyo en la espalda para distribuir su peso. Para ello, los sujetadores de lactancia pueden ser una buena alternativa, pues con su diseño pueden aportar comodidad. 

Estado anímico

Es completamente normal que la futura madre sufra episodios de ansiedad, al pensar en la etapa que está por llegar. También, es comprensible que quiera tener todo a punto y sus emociones estén a flor de piel. Para lidiar mejor con estos cambios emocionales inevitables, es bueno recurrir a algunas técnicas de relajación. Por ejemplo, puede escuchar música para embarazadas que le ayude a relajarse y conseguir mayor serenidad, asistir a una sesión de meditación o practicar alguna manualidad que le permita calmarse.

Algunas recomendaciones

El buen estado de salud de una mujer embarazada influirá de manera muy positiva para que las etapas que están por venir se disfruten mejor. En este contexto, conviene poner atención a la tonificación de los músculos, procurando practicar algún ejercicio compatible. Por ejemplo, hay sesiones de yoga, natación y muchos más, que están adaptados especialmente para mujeres en estado de gestación y ayudarán a que la futura madre se relaje y no pierda flexibilidad.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que en el embarazo de 23 semanas la demanda de nutrientes se eleva, tanto por parte de la madre como del feto. Debido a ello, conviene ponerse mayor énfasis en ingerir una dieta balanceada y, si así lo determina el médico, también añadir algún suplemento o combinado de vitaminas prenatales. Esto se debe, en parte, a que la placenta tiene que transportar más sangre para el bebé de 23 semanas, quien demanda un alto contenido de calcio, minerales y otras sustancias esenciales para seguir sus etapas de maduración. Además, la madre está preparando su cuerpo cada día para poder afrontar el reto de amamantar al bebé, entre otras cosas.

De manera prioritaria, se debe cuidar la ingesta de hierro, que es fundamental para formar glóbulos rojos, que son los encargados de oxigenar la sangre y evitar en la madre los mareos, así como la sensación de fatiga constante.

Finalmente, no están de más en esta etapa los cuidados preventivos, como el usar zapatos que aporten estabilidad, caminar con cuidado en zonas inclinadas o muy lisas y descansar con frecuencia. Si las piernas han comenzado a hincharse, conviene elevarlas y adquirir una almohada para embarazo que ayude a adoptar una postura cómoda al dormir.

 

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