Los bebés de 8 meses duermen, comen y desarrollan sus habilidades a un ritmo diferente, debido a que siguen ajustándose a los cambios que corresponden a su edad. Podría parecer que la diferencia con un bebé de 7 meses y medio es poca, pero en esta etapa todo sucede rápidamente.
Todo bebé tiene su propio ritmo de aprendizaje y desarrollo, por eso, no debemos alarmarnos cuando, al compararlo con otro de pocas semanas de diferencia, parece que se ha estancado. Sin embargo, mencionaremos algunos cambios propios del mes 8 en las siguientes líneas, que podrían servirte de referencia para conocer más sobre qué puede comer un bebé de 8 meses, cuánto debe dormir y lo más relevante en relación a sus habilidades motrices e intelectuales.
¿Qué pasa con su alimentación?
Los alimentos para bebés de 8 meses están basados, principalmente, en la leche materna o de fórmula, vegetales, cereales con poco gluten (preferentemente arroz) y se debe complementar la ingesta de proteínas con carne de cordero, conejo, pollo o pavo. Hay que poner especial énfasis en la total cocción de estas carnes, para evitar cualquier inconveniente.
Debido a que las encías del bebé son más fuertes y podrían aparecer algunos dientes en ellas, podrá ser capaz de comer pequeños trocitos de alimento. En este sentido, puedes agregar en la dieta del bebé de 8 meses algunas rodajas de manzana, guisantes, cubos de patata y zanahoria, etc.
Si deseas incentivar sus habilidades motrices y sensoriales, puedes permitirle que tome los alimentos por sí mismo y ofrecer una combinación de alimentos con un alto contraste de color. Por ejemplo, una ensalada rusa básica, sin aderezos ni salsas agregadas.
Puede que, en algunos momentos, la cuchara aún sea tu herramienta más útil para darle de comer, pero el proceso de autoalimentación también es un punto a reforzar a partir de ahora.
Con respecto a su peso, el bebé de 8 meses puede estar entre los 6 y 10 kilogramos y medir de 63 hasta 75 centímetros. Cabe destacar que en esta etapa la evolución del peso del bebé se desacelera, comparada con la de los meses previos. Su cuerpo se enfocará a equilibrar el peso y otorgar mayor fuerza a los músculos del tren inferior para que tengan movilidad.
Su desarrollo intelectual
No te agobies si, al intentar comer por sí mismo, el pequeño descubre que es divertido lanzar todo al suelo. Y que es aún más fascinante ver que te agachas cada vez que él tira algo. Esto sucede porque su cerebro está muy ocupado en comprender los conceptos de causa y efecto. Es el mismo concepto que le ayudará después a entender que, aunque no pueda verlas, las cosas están allí. Por eso, el juego de esconderse le parece tan hilarante.
Por otro lado, si te preguntas a qué se refiere la llamada crisis de los 8 meses, debes saber que está muy vinculada al hecho de asimilar lo que significa estar separado de quienes ama y necesita. Por eso, desarrolla un mayor miedo a interactuar con extraños y esta renuencia puede durar un par de meses.
Desarrollo motriz
Las habilidades motrices gruesas se desarrollan ahora a gran velocidad en el bebé. Toda la gimnasia de piernas y brazos que el bebé practicó por varios meses, al patalear al aire cuando estaba acostado boca arriba, ahora rinde frutos. Es capaz de impulsarse y avanzar, incluso gatear. Algunos bebés descubren maneras muy extrañas de desplazarse, por ejemplo, sobre sus nalgas, y mientras no encuentren otra forma más efectiva, lo seguirán haciendo así. De igual forma, la perspectiva visual del bebé cambia y es capaz de mantenerse sentado por más tiempo, aún sin la almohada para embarazo (pulsando este enlace puedes encontrar algunas opciones de compra) o el muñeco de peluche que a veces le colocas para estabilizar su postura.
Si las piernas adquieren la suficiente fuerza, ya pueden sostener todo el peso de su cuerpo. También le permitirán, en unos pocos días más, ponerse de pie. Aún es muy pronto para pedirle al infante que dé pasos sin caer, por lo que resulta más conveniente ofrecerle apoyo para que pueda mantener el equilibrio y dar pequeños pasos mientras se sujeta.
Ciclos de sueño
Otro de los temas que más dudas causan a los padres son las rutinas de sueño. Debido a que en su proceso de crecimiento el bebé de 8 meses ha logrado comprender que no siempre sus padres están con él, puede que despierte a mitad de la noche y llore desconsoladamente. En este punto, algunos expertos opinan que, de presentarse una crisis nocturna que afecte el sueño, no se debe recurrir a alimentar, cargar o dar paseos al bebé por la casa, con la finalidad de que se consuele, toda vez que despierte por la noche, ya que se creará una necesidad de repetir esto cada noche. Es mejor ayudarle a volver a dormir con métodos como hablarle en voz baja, acariciar su espalda o darle un suave masaje.
Ahora bien, conviene que si no se han establecido hábitos saludables en el pequeño para la hora de ir a dormir, se comiencen a estructurar en este momento. Lo ideal es procurar que el bebé sea recostado mientras está somnoliento, pero no totalmente dormido, y es mejor que se le consuele sin sacarlo de la cuna, hablándole suavemente e invitándolo a volver a acostarse cuando se levante o se niegue a dormir a la hora establecida.
En este mismo punto, se debe tener en cuenta que a los 8 meses los bebés no duermen la misma cantidad de horas que antes. Mientras que para unos es normal dormir 12 horas, otros necesitan hasta 16 horas de sueño.
Ahora que ya sabes más acerca de qué hace un bebé de 8 meses, solo nos queda recomendar que observes y ayudes a tu pequeño en los nuevos avances que logre, enfocando tus esfuerzos a que los perfeccione, más que en intentar que los supere y alcance otros más. De esta manera, tu bebé se sentirá más seguro y, cuando esté listo, continuará con nuevas sorpresas.
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