La falta de información al respecto hace que la presencia de moco cervical en el embarazo se convierta en un motivo de estrés para la mujer, debido a que no sabe las causas reales de su aparición, lo que la lleva a sacar sus propias conjeturas, asumiendo que se trata de algo malo para ella y para el bebé.
Las secreciones vaginales forman parte de la vida de toda mujer y, más aún, durante el período de gestación. Sin embargo, para una futura madre primeriza la aparición de flujo podría ser alarmante, llegando a pensar que se trata de una infección capaz de afectar su estado e incluso, propiciar una lamentable pérdida.
En este sentido, es necesario que la mujer sepa que el flujo vaginal no tiene por qué ser una razón de alarma, ya que no todas estas secreciones son sinónimos de que algo anda mal dentro de su cuerpo. De hecho, algunas de ellas ayudan a depurarlo, con el propósito de evitar infecciones a nivel de la matriz.
Según lo expuesto por los especialistas en la salud, a partir de los primeros meses de gestación, la secreción vaginal suele ser considerada completamente normal. Esto se debe a que el embarazo conlleva una serie de cambios hormonales, que hacen que la mujer expulse flujo abundante, sintiendo constantemente la necesidad de ir al baño.
De igual manera, el flujo de embarazo de los primeros días es conocido como leucorrea, cuyo cuerpo lechoso e inoloro es el de un flujo blanco y espeso.
Estos son sólo algunos de los tipos de secreciones normales a experimentar por una mujer embarazada, que lejos de perjudicarla, le ayudan a proteger el aparato reproductor. No obstante, hay otras mucosidades que podrían suponer alarma si no se tratan a tiempo, por lo que deberás mantenerte atenta y verificar el cuerpo, olor y color de la secreción.
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Flujo vaginal: Incremento y prevenciones
El flujo de embarazo en las primeras semanas puede incrementarse significativamente, por lo que es necesario que la futura madre tome algunas previsiones, con el propósito de que dicha alteración en su cuerpo no se convierta en una molestia durante estos meses. En este sentido, la recomendación más apropiada es mejorar los hábitos de higiene y estar atenta a los cambios en dicho fluido. A continuación, más detalles sobre este par de aspectos.
Limpieza de la zona genital
La limpieza de la zona genital es vital, ya que si la mujer deja que dicha secreción se acumule durante el día en su vagina o ropa interior, podrían generarse una serie de bacterias causantes de una infección vaginal en el embarazo. De esta manera, no sólo la futura madre se vería afectada, sino también el bebé.
Por ello, cuando el flujo es menos intenso pero igualmente constante durante el día, se recomienda el uso de compresas con tejido natural e hipoalergénico en lugar de papel sanitario ya que, al ser frotado contra la piel, deja microscópicas partículas que entran por la vagina que, sumado a la humedad corporal, pueden causar infecciones.
Además, cada vez que la mujer embarazada vaya al baño, y mientras la ocasión lo amerite, deberá lavarse con abundante agua fresca e inmediatamente secarse. Recordemos que la acumulación de humedad, tanto en la piel como en el tejido de la prenda íntima, suele ser otro potente generador de gérmenes.
Igualmente, es necesario el uso de protectores, para que la secreción caiga directamente sobre ellos y, por ende, el nivel de higiene será mayor.
Cambios en el flujo vaginal
Con el paso de los meses de gestación podrían notarse cambios en el volumen del flujo vaginal, especialmente durante el período más cercano al momento del parto. Esto ocurre porque el tapón mucoso que se encuentra en el cuello uterino comienza a desprenderse, para que se lleve a cabo el proceso de dilatación.
Se trata de una situación que podría alarmar a la futura madre ya que, en ocasiones, dicho flujo está acompañado de sangre. Claro está, no es propiamente un sangrado total o hemorragia, simplemente son ligeros hilos de sangre que destacan en la secreción, debido al desprendimiento brusco anteriormente comentado.
Cómo reconocer el tipo de flujo vaginal
Si bien ya hemos dicho que el flujo vaginal es normal durante las diferentes etapas del embarazo, también es cierto que, en algunas oportunidades, y dependiendo del tipo de secreción, podría ser perjudicial para la salud de la madre o el bebé. Por ello, es importante revisar constantemente la secreción, para identificar a tiempo de qué tipo de flujo vaginal se trata.
Por ejemplo, el flujo verde en el embarazo o el flujo amarillo, suelen ser indicativo de la presencia de algún hongo. De igual manera, estas secreciones eventualmente están acompañadas de un olor intenso y molesto. Por otra parte, está el flujo marrón en embarazo de primeras semanas, que revela la presencia de sangre, siendo un manchado más peligroso.
Además, podría suscitarse un flujo transparente en el embarazo, caracterizado por ser denso y tener una textura lechosa, que supone la ruptura de membranas de manera anticipada, acompañada de dolor vulvar en el embarazo, lo que indica la cercanía del trabajo de parto.
Cualquiera que sea el caso, lo recomendado es acudir a un especialista para que trate esta patología rápidamente antes de que termine el período de gestación, porque, en ocasiones, es necesario guardar reposo para evitar pérdidas.
También, la futura madre debe tener presente que pudiera experimentar una secreción acuosa y transparente, justo después de finalizar el período embrionario. Si esta llegase a ser la situación que la aqueja, no tendría que alarmarse, ya que es un tipo de flujo depurativo, que se encarga de eliminar todas las células muertas, gérmenes y bacterias, al tiempo que protege y lubrica la vagina.
Igualmente, antes de sospechar del embarazo y presentar un retraso menstrual y flujo blanco, se hace necesario acudir a un médico. Claro está, también puedes adquirir algún test de embarazo a través de la web, ya que suelen ser bastante efectivos.
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